martes, 11 de enero de 2011

Origen.

Flotando en formol. Cansada. Un hormigueo vital arde bajo una piel que aún no puede sentir. Mi corazón late a destiempo, arrítmica y acelerada. Viscoso. Regreso. Me siento embotellada. Quiero romper su mundo, nacer como él. Dejar de respirar líquido, inhalar humo de tus pulmones negros de alquitrán. Suciedad. Deseo mostrarme a través de las entrañas, llena de sangre, llorando. Desgarrar el origen de la vida y amanecer. No tengo miedo tan solo me faltan fuerzas. No encuentro la salida. Golpéo la carne blanda del vientre materno, suavemente. Floto lentamente, girando en mi realidad antigravitatoria, anestesiada. Mis ojos no pueden ver aún, es mi mente la que crea. Yo soy la suprema haceedora de la realidad, no hay dioses. Sólo existo yo, nada más. Tú serás mi profeta. Cuando nacemos, la primera vez, deberían obligarnos a hacerlo por nosotros mismo, erradicar cualquier intervención externa. A día de hoy tendría el recuerdo primigenio de mi propia naturaleza, la única. Estoy perdida. Atrapada en un útero artificial y plastificado. Me entrego al sopor hipnótico. Mi mente se va, se disuelve. Fundido en negro. Mi primer aborto. No he nacido, ya estoy muerta. Nada existe.




Female.

No hay comentarios:

Publicar un comentario