martes, 3 de julio de 2012

Campanas de funeral.

Horas más tarde de que el Sol haya amanecido, camina cansada como el espectro de la noche anterior. Lleva el vestido desgarrado y las alas rasgadas. Campanilla taciturna regresa a casa, hastiada de tantos polvos sin ninguna magia. Se desliza con la cabeza agachada reaprendiendo el suelo con cada pisada. Metamorfósis de la falena. El calor de la luna llena recubre su piel de frío sabor hipotermia. Su máscara resquebrajada se vuelve distante y lejana de todos los fluidos que dejó entre las sábanas. Las luciérnagas emprenden el vuelo y su sombra le devuelve la mirada. No hay billete que la lleve de vuelta a casa, cuántos más obtiene la partida se hace más cara. Se detiene ante las luces de las farolas ya apagadas, suspira hondamente Campanilla, se detiene ante sus recuerdos embelesada. El Sol la persigue camino a la cama: besos de humo, caricias estudiadas, desnudarse tan solo ante la almohada. Descubre una mariposa revoloteando encantada, el esqueleto cobra vida y vuelve a brillar tras la mirada. Se detiene el tiempo y sobre su arena cae una lágrima: susurros de intimidad desde su hueco en la pared diseccionada. Esta noche volverá a ponerse el Sol y la arrastrará hacia mañana. Y con el vuelo de la mariposa se escapa de sus labios su esperanza: quizás por aquella chispa, quizás por aquellas balas, quizás por aquella historia del hada que nunca lloraba. Female.