viernes, 25 de noviembre de 2011

La segunda mentira.

Demasiado cortas las horas de risa, demasiado largos los velos que lleva Sofía. ¿Cuántos botones arrancó mi mano de tu camisa? ¿Cuántas mentiras se escurren de tu boca cada día? Poco queda de la inocencia de aquella niña a la que su madre vendió en la India. Menos aún de todas las promesas electorales tres años después del gran día. ¿Qué fue de la inteligencia de la sociedad? ¿Qué fue del miedo a la oscuridad? ¿Dónde habrán ido a parar la justicia y el Gato con botas? Supongo que con la madurez dejamos de creer en esa clase de cosas. Muchas las vueltas que ha dado la noria, más las matanzas a lo largo de la historia. ¿Qué necesitamos para despertar del letargo? ¿Un beso de amor, más disparos?
Tantas lágrimas recorriendo mejillas, tantas ratas en las alcantarillas.
No nos queda voz pero nos sobra aburrimiento. No hay pollo para el arroz ni tu abrazo para este momento ¿Qué ha sido de la paz y los cuentos? No hay un Adios sin un lo siento. No hay una canción que no se vuelva tormento. Me falta tiempo para tanto reloj. Perdí la llave de la razón, y de tu corazón. La fé se la quedó toda Dios. El verde se mezcló con el marrón y se hizo consuelo; y la luz de la habitación prendió en llamas tu cuerpo. Días clónicos: espejos rotos y bragas sucias, pintores locos y sus putas. Puntos suicidas que terminan con oraciones. Ha llegado el último día de mis vacaciones.
Hasta nunca, hasta siempre. Lo siente.



Female.

martes, 22 de noviembre de 2011

Soldiers, go home.

Nos llamaron héroes, nos colmaron de alabanzas al honor y medallas en nuestra chaqueta. Jóvenes como éramos, aceptamos morir en su guerra.
Borraron lás lágrimas que nuestras madres dejaron correr por sus mejillas el día de la partida y nos pintaron de la sangre de nuestros compañeros. Dejamos de lado la carpintería, el grupo de rock y el derecho para convertirnos en asesinos con gloria y sin conciencia. Recuerdo cuando de niños Charly y yo jugábamos a los soldados en el jardín, no puedo olvidar la cara que puso cuando no erán los muñecos de plástico sino su cuerpo el que se derretía. Nadie nos contó jamás por qué éramos enviados a perecer a aquél lugar extraño, solo hablaban de himnos y banderas, banderas que servían para cubrir los cadáveres de los caídos cuyos últimos himnos siempre eran aullidos. Y la cordura fue perdiendo forma para ganar mecanicidad en nuestras acciones. El rostro de los que nos esperaban en casa no era más que una máscara cansada y olvidada a causa de un odio irracional que nos suministraban con las comidas, tres veces al día. Hubo una mañana en la que al despertarme no supe discernir si seguía o no en la pesadilla. Esa misma tarde, perdí la pierna derecha y la mano izquierda. Al regresar a casa descubrí que yo me había quedado en la trinchera arrullado por el calor de la lluvia con el cuerpo de Charly ardiendo en la hoguera. Nunca hubo paz después de aquél día, ni siquiera entre las sábanas y las caricias.

Un día me fuí a luchar por mi patria y descubrí gatillo en mano que había sido ella quien nos había declarado la guerra. Perdimos. Una vida entera por un ataud lleno de barras y estrellas.


Yo no sé nada sobre la batalla pero sí sobre Historia. Los que morían en Vietnam ahora mueren en... escoge el lugar y acertarás.

Female.

domingo, 13 de noviembre de 2011

Clases de bajo para principiantes.

-Somos una mierda, materia orgánica en descomposición prematura, todos y cada uno de nosotros. Sacos pútridos de egoísmo, entrañas y grasas saturadas. Estamos solos y moriremos solos, nadie jamás conocerá a su prójimo. Ratas egocéntricas y tristes, insignificantes y corrosivos. Somos la raza de la infección y la desidia. Marilyn Monroe, Gandhi y Einstein no son más que ecos de vapores fétidos en la atmósfera.. Vacío, nada, muerte y basuras mal gestionadas en las calles. Pero, nena, esta noche estás muy buena y quiero que bebamos y follemos como si acabásemos de inventar el amor.


Female.

viernes, 4 de noviembre de 2011

Para Mimí, Lulú y tú.

Necesito exorcizar mis demonios. Carne blanca y virginal hundiéndose bajo mis nudillos para fundirse en morados de mi azul y tu rojo. Destrucción de tu epidermis que se convierte en suciedad bajo mis uñas. Sentir que mis golpes acaban contigo y conmigo a su vez. Y tu sudor, de puro pánico, pintará lágrimas en mis mejillas enrojecidas a causa del esfuerzo y la ira. Entonces llega el cúlmen: Lo siento todo descender a través de mi espina dorsal hasta el epicentro de mi cuerpo: "Nuestra educación es la castración de la inteligencia"- una estocada certera en tu lóbulo occipital; "La gente sale a las calles y chilla dentro de mi torrente sanguíneo" - jadeas mientras mi brazo se retira de tu estómago; "La pasividad es la respuesta de la cobardía" - susurro en tu oído segundos después de arrancar un pedazo de cartílago de tu oreja... La danza se hace infinita. Me zambullo una y otra vez en la encarnizada lucha por arrastrarme contigo a la tumba. Regálame tus estertores de muerte y asegúrame que te la llevarás al infierno de la mano. Prométeme que no habrá resurrección. Sigo noqueando cada intento de tu patética defensa por esquivar el hachazo final. Una pequeña sonrisa compasiva aflora en las comisuras de mis labios maltrechos de masticarse a sí mismos. Voy a verte morir, escucharé tu hálito vital escaparse entre tus dientes y me sabré la artífice de todo el dolor que te corroe. Me siento bien. Las carcajadas hacen disminuir el sonido de tus huesos crujiendo bajo mi pie. Todo está por reducirse a la nada. Desvastadoramente hermoso, sucio y cálido, primigenio y salvaje, termino mi obra de arte. Los músculos entumecidos y tanta adrenalina que una borrachera de victoria me domina hasta hacerme llegar al orgasmo. Soy grande y fuerte, tu miedo me alimenta, tu sangre me revitaliza, tu muerte me llena. Cuando creo que nada podría mejorar mi éxtasis particular, me suplicas, pero no clemencia o perdón sino pasión, amor. Eso es exactamente lo que ruegas arrodillado entre tus propias vísceras: dices que me quieres. Una eyaculación mental sacude mi cuerpo con violencia vaciándome y, a su vez, cargándome de espacio en blanco. Te tomo entre los brazos y te musito dulcemente: aquí yace lo que has perdido. Veo entonces mi propio rostro pálido, desfigurado a causa de tanta violencia y sonrío de manera triunfal. Se han ido. Ya no están. Tú amaneces en la cama y yo deseo oírte gritar, de placer. Despierta, joder, despierta y ponte en guardia.




Female.