miércoles, 3 de febrero de 2010

Te... te... te... QUILA.

Te quiero. ¿Te quiero? ¡Te quiero!

Una conocida coétanea me comentaba hoy uno de sus escarceos "amorosos" camino a casa, bajo un Sol abrasador, a eso de las tres de la tarde. Charlábamos animadamente: la jornada fútil que habíamos desperdiciado entre esos cuatro muros escolares, el tiempo que en pleno febrero se asemeja a una de esas mañanas estivales dónde un vestido de tirantes es tu compañía a lo largo de todo el día (en la noche, coincidíamos en que aún debería de ser más escueta, sino nula, la indumentaria) y demás banalidades juveniles de colegialas.
Algo nos llevó a dar un giro a nuestra conversación y ella comenzó a relatar cuando en un apasionado beso con un no -tan- apasionado partenaire, este le espetó un "te quiero" que la joven, en absoluto interesada sentimentalmente por él, no supo como encajar. Me decía que ella permaneció en silencio como si aquellas palabras fuesen tan sólo una respiración más fuerte de lo normal o el silbido del viento (cosa que hubiese preferido sin dudar) Ante su mutismo él volvió a insistir, ella siguió en su linea indiferente y ahí terminó todo. Se quejaba mi compañera de lo inoportuno que había sido aquel "te quiero" y de lo incómoda que la había hecho sentir y culminó su discurso con la frase: "¿Por qué los hombres siempre tienen que romper la magia con cosas como esa?"

A lo que una, que llevaba horas perdida en sus acostumbradas divagaciones, respondió: Verás camarada, el problema aquí no fueron esas dos palabrejas, sino la boca que las esculpió en el silencio. Apuesto a que hubieses bebido los vientos porque otro-que-yo-me-sé las hubiese pronunciado en ese mismo contexto (o en otro cualquiera, ¡qué diablos!) Si bien es cierto que a nadie le gustan esos agobiantes amantes que abusan, ridiculizan y desprestigian tan hermoso enunciado oracional, a todos, sin excepción, nos gusta oír algún que otro te quiero y más aún, si procede de esa boca que nos hace suspirar y esbozar estúpidas sonrisas durante horas (¡ah, l´amour nous rend sots!) Y no sólo eso, sino que cuanto más se hace de rogar ese hechizante gesto más se nos sobresalta el alma cuando nos sentimos la diana de todos esos dardos teñidos de rosa (y empapados en curare) Cuando estamos acostumbrados a un cariñoso "que te peten" nocturno, el día en el que se cuelan esas ocho intrusas letras en la conversación nos sentimos presas de un mágico baile nervioso que culmina en una brillante y cálida sonrisa y un ego tan enorme que no cabe en nuestro lecho. ¿O no es así, querida?

Y todas estas ideas comenzaron a fragmentarse y reagruparse en mi mente como si estuviesen metidas en un enorme "kalós éidos scopéo" dibujando anti mí hermosas e ininteligibles figuras, todo esto para terminar con una ridícula conclusión: "te quiero" no es un verbo que pueda conjugarse.

Hay "te quieros" que echaba de menos y he recuperado, hay "te quieros" que me sobrecogían y han desaparecido, también los hay que nunca me han dicho ni me dirán nada; en esta pequeña gran colección, hay "te quieros" de todas las formas, colores y sabores. "Te quieros" recién adquiridos y soprendentemente necesitados y dulces, "te quieros" que digo y necesito gritar. Y luego, están todos aquellos que aún no han sido dichos, los que se traducen en simples "Eres fantástico" o "Un beso" o incluso aquellos que se escriben implícitos en la palabra "susurro". Hay "te quieros" tan esperados que cualquier otra palabra medianamente amable podrá hacernos estrujar nuestro ingénio para buscar en ella el más mínimo vestigio de un amor mudo.

En fín, la próxima persona que vuelva a decirme un "te quiero" patético, ridículo y falso puede olvidarse de mi nombre. Si alguien trata de pervertir esta sencilla declaración, yo no pienso ser cómplice del asesinato de un sentido que jamás debiera banalizarse.

Y entre tanto, yo me muerdo la lengua hasta sangrar pero sin poderlo evitar,como bien cantaba Frank: "and then I go and spoil it all, by saying something stupid like I Love You"




Juro, juro y perjuro por mí y por todos mis compañeros que este texto no ha sido extraído de una patética revista para adolescentes ñoñas y hormonadas.



En realidad, "te quiero" no es un verbo, pero SÍ puede conjugarse.






Female

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