viernes, 23 de diciembre de 2011

Para siempre nunca.

Poco a poco dejó de ver el universo en su mirada para perderse siempre en el negro de sus pupilas. Los juegos ya no eran para buscarse las cosquillas sino para desatar toda la rabia contenida. Todas las bofetadas con sabor a caricias excesivas.Las discusiones dieron paso a los silencios. Los silencios se llevaron los orgasmos de la mano y ya ni eso mantenía sus cuerpos unidos. La una lloraba a escondidas las cosas que añoraba, el otro huía de las lágrimas que ya le ahogaban. No eran más que las paredes ruinosas de algo sin tejado. Ella medía su afecto con cuentagotas para no llevarse a cambio un chiste malo. Él cambiaba sus horarios para tener que pasar menos tiempo a solas. Se fueron alejando mientras seguían sentados cada tarde en el mismo sofá del salón. Se miraban y los dos callaban lo que ambos sabían. Ya no había declaraciones estúpidas en post-its con el café, ni tardes en las que gritar obscenidades por el balcón. Las noches blancas eran solo para ella, ahora ahogaba sus suspiros con sus sordos ronquidos. Nadie se atrevía a dar el paso definitivo que les pusiese en direcciones opuestas. Ella se sentía diminuta y culpable por ansiar más. Él olvidaba que alguna vez tuvo sentimientos.Los gusanos del tiempo devoraban sin remedio el cadáver del amor. Y así siguió creciéndoles por encima el moho. Ella insomne y él golpeando el despertador.




Female.

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