jueves, 1 de diciembre de 2011

La muerta.

Todos están demasiado lejos: a mi lado, en la cocina, a kilómetros de aquí... Demasiado lejos. Nadie pone su mano sobre mi frente para absolverme de todos mis demonios. Nadie lee en los lunares de mi cuello un mapa de vientos y tempestades. Soy la única habitante de esta ciudad sin nombre, no tengo patria mas estoy limitada por duras fronteras. Excluida por inercia de todo ser humano, hasta sus huellas se borran en la arena. Tómame entre tus brazos y escucha el leve batir de mi corazón. Enjuaga mi frente ardiendo de fiebre y dame de comer palabras con agua y azúcar. Quédate a velar mi sueño esta noche y cerciórate de que las corrientes ajenas no apaguen la llama de mi respiración. No sirvo para nada. Acarréame como una carga en tu espalda pero mírame como si fuera de humo. Tócame como si deseases comprobar que soy materia y no sueño. Duérmete a mi lado con el arrullo incansable de mi pecho. Estoy enferma. Soy como un reloj que siempre avanza en sentido opuesto. Llevo una maleta cargada de lluvia y una postal sin destinatario. No soy Pandora porque no tengo caja más allá de la que me contiene. Soy un acertijo con una pista en cada beso. Estoy delirando, los virus danzan en torno a mi vientre y se conmueven con el calor de mi piel. Tengo frío. El mundo ahí fuera me llama pero yo no quiero dejar la cama. Quiero palidecer de hambre y miedo mientras tú me lloras. Quiero que compres flores y te escondas en el baño para secar tus lágrimas antes de entrar en mi cuarto. Me muero. No puedes saberlo. Quiéreme, que no nos queda tiempo.



Female.

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